27 de enero de 2013
El cordón umbilical de la tristeza
La fábrica y su puerta
Esta primera puerta
pintada está de rojo.
Por honda herida salimos
de las profundidades de una cueva,
de donde el amor, el asco o la costumbre
de dos obreros tristes nos fabrican
en una agotadora jornada de segundos;
salimos con defectos
estamos hechos de trozos
estamos hechos trizas
y estamos hechos
a veces tan deprisa,
que no dio tiempo a rasparnos la rebarba,
a definirnos bien...
a cortarnos del todo
el cordón umbilical de la tristeza.
(Gloria Fuertes, Ni tiro, ni veneno, ni navaja, Torremozas, 2012)
24 de enero de 2013
Feliz San Francisco de Sales
Aunque estéis en paro o inmersos en EREs y ERTEs; aunque trabajéis presionados, infravalorados y mal pagados; aunque viváis comidos por la incertidumbre y zarandeados por la crisis, el modelo de negocio, la línea editorial, la reducción estranguladora de los costes.
Ya estéis en un medio, en una agencia, en un gabinete de prensa o en un curro completamente ajeno a aquel que os apasionaba... Felicidades a todos los periodistas en el día de nuestro patrón.
Hoy también es buen día para recordar el excelente corto de José Ignacio Chaparro y Charlie Nelson Moreno, "El periodista y el camarero".
Que vengan las palabras
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(Foto: Francisco Llop) |
Las palabras (pruebas de playback)
Que vengan las palabras.
Que el barro de mis brazos
las acoja (desdecirse, bahía...)
como un amigo cierto. El viento
de este páramo al fin les sea propicio
(por dónde, tú, temor) y aves de sombra
protejan con su nocturna llama
su estandarte
de nubes.
Interminable fuga de alazanes,
que vengan las palabras,
que acudan a deshora (ayuntamiento, circo...)
de nuevo rescatadas.
Quiero pensar su abismo,
su fingido remanso, conjurar el alba
su zozobra: no soy
nadie sin ellas. No soy nadie
sin ellas.
(De Antonio Méndez Rubio, Desde antes, Fondeadero de la osa, 2009)
22 de enero de 2013
Estética de la ocurrencia
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(Foto de @thespanishfood) |
Mientras tanto, en algún bar o tertulia de Madrid, en el preciso momento en el que escribo, habrá un poeta leyendo un aforismo, un ensayo más o menos hábil de greguería al que llamará poema.
Hacemos de la creatividad bandera pero, honestamente, ¿alguien se ha parado a mirar dónde queda la frontera entre la creación y la ocurrencia?
21 de enero de 2013
Sangre y tinta
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Ilustración para piel de DeCraneo para un poema de Navarro Beloqui |
Eres sangre, cubil de alimaña; pasan
los días, las semanas y aún
más
carmesí, piedra y veneno.
El ojo con insomnio y el pulso
más quieto, más
profundo.
Corren las palabras aunque
intenten ocultarlas.
Salen del pecho de
tu boca y...
lo que es peor: de tu mano.
(De Navarro Beloqui)
19 de enero de 2013
El poder del perro
"Es en ese preciso momento cuando comprende la naturaleza del mal, que el mal posee un impulso propio, el cual, una vez puesto en marcha, no puede detenerse. Es la ley de la física: un cuerpo en descanso tiende a mantenerse en descanso. Un cuerpo en movimiento tiende a mantenerse en movimiento. Hasta que algo lo detiene.
"Y el plan de Tío es, como de costumbre, brillante. Incluso en su absoluta depravación inspirada por el crack, es muy agudo en la percepción de la naturaleza humana. En eso reside el genio de Tío: sabe que un hombre incapaz de poner un gran mal en movimiento carece de energía para detenerlo una vez en marcha. Que lo más difícil del mundo no es reprimirse y cometer maldades, sino hacerles frente y frenarlas".
"Y el plan de Tío es, como de costumbre, brillante. Incluso en su absoluta depravación inspirada por el crack, es muy agudo en la percepción de la naturaleza humana. En eso reside el genio de Tío: sabe que un hombre incapaz de poner un gran mal en movimiento carece de energía para detenerlo una vez en marcha. Que lo más difícil del mundo no es reprimirse y cometer maldades, sino hacerles frente y frenarlas".
2 de enero de 2013
Felicitaciones de Año Nuevo...
Mi
tercer novio,
el
que más quise, me desea
“todo
lo mejor” cada Año Nuevo.
Con
qué agargantamiento
yo
esperaba no hace tanto su esemese,
como
un haiku sin vocales destinado
a
volar desde su dedo a mis pupilas.
Con
qué aire,
con
qué satelital desplome
me
pitaba la sorpresa en el bolsillo
Ahora
mis palabras,
tan
pulgares,
le
devuelven prosperidad cívicamente.
Pero
omito, cuidadosa,
escribir
deseo, teclear su nombre,
decir
feliz.
No
sea que me acuse en su agudeza
de
una intención sutil como agravante
o,
aún peor,
de
alevosía literal.
(Ana Delgado Cortés, 2007)
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